Una mirada Psicológica
En
la actualidad, se utiliza el término de “adicciones tecnológicas” para
referirse a las adicciones no químicas que tendrían que ver con la interacción
hombre-máquina (adictos a la televisión, internet, videojuegos, móvil, etc.).
También se conocen como adicciones psicológicas, conductuales, sin sustancias o
no tóxicas.
el
juego patológico o ludopatía está aceptado como trastorno por la OMS (organización
mundial de la salud) y la APA (asociación americana de psiquiatría) desde 1980.
durante varios años, se ha encontrado categorizado en esta clasificación como
trastorno del control de impulsos. Sin embargo, desde 2013 se encuadra dentro
del apartado de trastornos relacionados con sustancias y trastornos adictivos
en el manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales (DSM). Por tanto,
se considera que la adicción al juego es una enfermedad, como tal, necesita
tratamiento. la explicación es que estos
juegos se basan en "patrones de reforzamiento aleatorios" que son
rarísimos en la naturaleza y para los que no estamos neuropsicológicamente
preparados. Eso hizo que el "juego patológico" dejara de ser
considerado un 'abuso conductual' y comenzara a ser considerado una adicción.
Juegos de
azar: aunque en este tipo de juegos (lotería, bingo,
apuestas, etcétera) exista una intermitencia del refuerzo de la conducta
(dependiendo del tipo de juego, es difícil conseguir un premio), se basan en el
azar y la creación de expectativas, que en ocasiones se ven cumplidas y premian
la conducta.
Video
juegos: según lo ratificado por la organización mundial de la salud, el
trastorno por uso de videojuegos se caracteriza por un patrón de comportamiento
de juego persistente o recurrente lo suficientemente grave para dar lugar a un
deterioro a nivel personal, familiar, social, educativo u ocupacional.
Este
trastorno estimular los sistemas cerebrales de recompensa al igual que las
drogas o el alcohol, y causar adicción, problemas económicos y sociales, que a
su vez desencadenan una serie de problemas psicológicos, como trastornos de
ansiedad y depresión.
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